
Poema del mes
¿Qué más puedo yo darte si a mí Dios no me dio más que palabras? Cuando ya me has envuelto entre tus manos o me he quedado anclado entre tu pecho y he salido triunfando de todas las mareas que he venido escuchando desde niño, ¿qué más puedo yo darte? Cuando te me apareces, tu cuerpo vence al mundo, tu majestad de estatua se hace carne, carne como la mía, pero carne nacida más allá de los siglos, antes de dividirse la tierra de las aguas, antes del primer beso de lujuria, carne sobreviviendo a toda carne; boca que sintió sed en los veranos, brazos que han tiritado por el frío, piernas que han recorrido las montañas y un corazón enorme que no ha sido saciado por los ángeles. Y ahora acudes a mí buscando todo, todo lo que la historia te ha negado, ¿qué más puedo yo darte si soy tuyo, si has envuelto mi carne entre tus manos y mi alma se ha quedado prisionera? ¿Qué más puedo yo darte si sólo sé decir estas pocas palabras que no le he dicho a nadie todavía?
(De La cuenta atrás, 2000)