
Poema del mes
¡Qué ganas de volar a lo más alto, al cielo, hasta la misma altura de los ángeles, yo enredado en tu cuerpo y tú en el mío, cuerpos que ya no pesan, pues son uno! ¿Quién dijo que había un reino de la carne y un reino del espíritu, si cuando más me enredo entre tus piernas, más llega el corazón hasta tu centro de ternura infinita, más llega el corazón en un llegar que no termina nunca y nos eleva muy por encima de nosotros mismos? Mi cuerpo es sólo un cuerpo, pero el tuyo me convierte en un hombre, y junto a ti somos el mismo cuerpo del amor, somos cuerpo de Dios y no morimos.
(De Cuerpo humano, 2024)